29 dic 2009

Palo dulce. A Lucebert



Triomfator. Oleo/Lienzo. 115x145 cm. 1968. Lucebert.

escuela de poesía

no soy yo un dulce poeta
sino un escamoteador
rápido del amor, bajo el que veo el odio
y encima el acto cacareante.

la madre de la politica es la lirica,
yo no soy más que un pregonero de la rebelión
y mi mística es el pienso putrefacto
de la mentira con que enferma la virtud.

yo os anuncio que los poetas de terciopelo
se mueren espantada y humanísticamente.
en adelante la garganta de hierro al rojo vivo
de los verdugos emocionados es la que se abrirá musicalmente.

y hasta yo, que vivo en este poemario
como rata en el cepo, suspiro por la cloaca
de la revolución y grito: vergüenza, ratas rimadoras,
caiga el baldón sobre esta escuela de poesía aún demasiado bella.

Lubertus Jacobus Swaanswijk. "Lucebert"

"Todo lo que se me ocurre lo pinto, dibujo y pinto cualquier cosa sobre cualquier material, todas las ideas las estimo por igual, entre los motivos no escojo ni busco la síntesis, las contradicciones las dejo en su sitio tranquilas, y mientras se pelean entre ellas yo no ofrezco resistencia, me mantengo fuera de la línea de fuego y vivo la libertad que solamente ellas me dan"

Lucebert.

Palo dulce

Cualquiera puede decir que cualquiera puede escribir. Pero hace mucho, muchísimo tiempo que no veo personas escribiendo en las mesas de los bares. Los bancos (asientos) regularmente vacíos en los bancos. En la sede del BBVA hay varios adicionales largos, negros y se rumorea que no son para sentarse.
Diríase que se escribe, supongo, en la factoría o en la casa del escritor, en la intimidad. O en el puesto de trabajo. Se piensa y luego se escribe. Se escribe y luego se piensa. Creo que lo que tiene de confesión la escritura es una hilazón, una hipérbole entre el oficio y el beneficio.
Podríamos escribir de geranios todo el tiempo, para adentro. Anhelando que no sean reconocidos para afuera. Toda la vida, toda, serán los geranios nuestra musa, nuestro motivo. Es una planta de balcón, de plaza, de parque que aguanta bién la dureza.
Se habla mucho del curso que toman los acontecimientos. Hay que descabezar la organización. Cuanto más dinero se tiene más se grita. Pero no se ofrecen demasiadas soluciones, tan sólo una calidad de escaparatismo.
Que tristeza estos días fríos, anodinos, a las ocho de la mañana tan oscuros, tan severos. No transmiten. Es malo cuando uno debe ser sustituto del sol. En las casas con las que no pudo el viento, el tifón, el tsunami, la tormenta. Casas de acero y hormigón. Luego resulta que más abajo, en la superficie, todo parece cobrar sentido. En estos días se afanan las personas en reponer lo consumido, son días en los que facilmente se cambia el dinero de mano. En mano. De cartera en cartera. De banco a banco.
Hubo un tiempo en que había concretamente que luchar. Y las aspiraciones eran concretas, ahora conseguidas algunas metas, todo está más diluído. Por eso he traído este cuadro de Lucebert aquí. Con cariño. No todo está conseguido. Hay que seguir intentándolo.
He asistido a varias exposiciones colectivas en el último mes. Getxo-Arte, Bilbaoarte, ... El artista sigue consumiendo su palo dulce, paloduz, con inusual placer. Es tan individual la carrera ... la carretera, que basta con justificar los sueldos de la organización: dirección, secretaría, azafatas, ... Decididamente nuestro papel es el del que ofrece la flor ... tan sólo eso.
Acabé con Balzac y la joven costurera china de Dai Sijie. Inicio esta semana leyendo a Patrick Modiano, Calle de las tiendas oscuras. Pero tengo cerca los Ochenta y seis cuentos de Quin Monzó. El mejor amigo del oso de Arto Paasilinna. Celia se pudre de Héctor Rojas Herazo. Un armario lleno de sombra de Antonio Gamoneda. Recomendado por Edu López El color del sol de Andrea Camilleri. En blanco y negro de Antoni Tápies.
Ayer mi madre, día 28, y nosotros celebramos lo que según ella ocurrió en 1929. Su nacimiento. Ochenta magníficos años, convinimos, de paciencia. La felicitamos.
Enrique marchó a León a pasar con los suyos los últimos días del año. Generoso, a repartir cariño y los primeros de 2010. A nosotros nos dejó lo mejor de él. Los libros.
El caso es que hace tiempo que no veo personas escribiendo en las mesas, sedentarias, de los bares. Tan sólo Bolo que escribe con letra minúscula en una libreta cuadriculada muy pequeña. Salud y saludos.

4 comentarios:

Blanca Oraa Moyua dijo...

Un íntimo y profundo texto.
A mi me gusta lo cotidiano de la vida, ahí encuentro lo extraordinario.

Carmelo Camacho dijo...

Blanca, Felz Año Nuevo¡¡ Regalar flores a diario es uno de los mejores propositos pero hay naturalmente que recoger,más que buenas palabras para cultivar, abonar, mantener florido el huerto.Salud tambien.

Joaquin C. dijo...

Me alegro por ti, lleno de amor filial en el cumpleaños de tu madre. Enhorabuena para ella en sus ochenta y en sus hijos.
El caso es que hace tiempo que por aca, tampoco veo personas leyendo en los bancos de las plazas, ni en las mesas, sedentarias, de los bares.
Salud y Feliz año nuevo.

Alberto Palomera dijo...

Sencillamente un texto cojonudo, enhorabuena Carmelo, yo siempre llevo un libro para leer en bares, bancos y cajas de ahorro y felicitaciones a la madre que ha parido esta bestia. Salud para todos los amigos de mis amigos, que son mis amigos.